Bacallà Gardell con salsa romesco: tradición y nutrición en un solo plato

Ingredientes (para 4 personas):
- 4 trozos de bacalao de 120 g (morro o corte menú)
- 60 g de jamón serrano en lonchas
- 30 g de mantequilla
- 60 g de panceta
- 8 pimientos de romesco (ñoras)
- 1 cebolla
- 1 guindilla
- 1 rebanada de pan remojada en vino tinto
- Perejil
- 3 dientes de ajo
- 2 yemas de huevo duro
- 50 ml de aceite de oliva virgen extra
- 200 ml de agua
- Sal y pimienta
Cuando pienso en la cocina catalana de siempre, en ese legado que nos dejaron nuestros antepasados, me gusta imaginarme una casa con el fuego encendido, una cazuela de barro haciendo chup-chup y ese aroma que lo llena todo.
El Bacallà Gardell con salsa romesco es una de esas recetas que explican de dónde venimos, que tienen memoria y que, en cada bocado, te transportan a la cocina de las abuelas.
Elaboración del Bacallà Gardell
La base de este plato es la paciencia y la precisión.
Empezamos poniendo las ñoras en remojo para que suelten todo su sabor dulce y profundo. Mientras tanto, picamos la panceta y el jamón muy finos, casi hasta que se deshagan.
Los doramos en una cazuela con aceite de oliva virgen extra y un poco de mantequilla, porque esta mezcla entre la grasa del cerdo y el aceite aportará ese punto de sabor que hará que la salsa sea espectacular. Añadimos la cebolla picada, una guindilla para darle carácter, los ajos y el perejil.
Aquí no hay prisa, dejamos que todo se confite lentamente hasta que suelte esa dulzura que tanto nos gusta. Añadimos el agua y dejamos que continúe haciendo su magia.
Mientras tanto, preparamos una pasta con las ñoras, el pan remojado en vino tinto y las yemas de huevo duro. Esto dará cuerpo a la salsa, una textura aterciopelada y un punto de complejidad que es clave en este plato. Lo añadimos a la cazuela, lo trituramos y colamos para que la salsa quede limpia y bien ligada.
Ahora, el bacalao, es fundamental que sea de buena calidad y bien desalado. Lo colocamos en una cazuela de barro o de hierro, vertemos la salsa por encima y lo dejamos en el horno a baja temperatura, a 150 grados durante 45 minutos.
Sin prisas, porque el bacalao debe absorber bien todos esos sabores. ¿El resultado? Un plato meloso, intenso, donde la salsa y el bacalao se funden en un solo conjunto. Con un toque de perejil picado para refrescar, y si lo dejamos reposar, aún mejor al día siguiente.
Esta es la cocina que me apasiona: la que cuenta historias, la que se disfruta sin prisas y la que se cocina con alma.
Un tesoro de la cocina de montaña con grandes beneficios nutricionales del bacalao saladov
Quan parlem de bacallà, parlem d’història. És un producte que ha viatjat pels segles, que ha alimentat generacions i que ha estat protagonista de la cuina de muntanya catalana. Per què? Perquè el bacallà salat es conserva fàcilment, cosa que el feia ideal per a les comunitats de l’interior, allunyades del mar. No calia nevera, només una bona tècnica de dessalat per recuperar la seva textura i sabor originals.
Així va entrar a les cases i als receptaris, convertint-se en un ingredient essencial de la cuina tradicional. A més de la seva versatilitat a la cuina, el bacallà és una autèntica joia nutricional. Es tracta d’un peix blanc, amb un alt contingut en proteïna de qualitat i amb un greix pràcticament inexistent. Això el fa ideal per a dietes equilibrades, per a esportistes i per a qualsevol persona que vulgui gaudir d’un plat gustós sense sumar calories innecessàries.
Entre sus propiedades nutricionales más destacadas, encontramos:
- Alta cantidad de proteína: con más de 20 g de proteína por cada 100 g de bacalao, es un alimento ideal para el mantenimiento de la masa muscular y para la recuperación tras el esfuerzo físico.
- Bajo en grasas: A diferencia de otros pescados, el bacalao tiene un contenido muy bajo en grasa, lo que lo convierte en una opción saludable para todos.
- Fuente de vitaminas y minerales: Es rico en vitamina B12, esencial para el buen funcionamiento del sistema nervioso, y en fósforo, importante para los huesos y los dientes. También aporta yodo, fundamental para la salud de la glándula tiroides.
- Omega-3 en su versión fresca: Aunque el bacalao fresco es más rico en estas grasas saludables, el bacalao salado mantiene una pequeña proporción de omega-3, que ayuda a la salud cardiovascular.
Así pues, el bacalao con salsa romesco no es solo un plato con historia, sino también un plato equilibrado y saludable.
Con esta receta, unimos la tradición de la cocina de montaña con los beneficios nutricionales de un pescado que ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. Un auténtico ejemplo de cómo la sabiduría popular y la buena alimentación siempre han ido de la mano.
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